Del norte del sur
A r itm o zapa teao "Ta-ta... Ta-ta... Ta-ta... Ta-ta... Ta-ta... Ta-ta..." Sonaban las palmas mientras mis piernas empezaron a romper con la inmovilidad de mi cuerpo. Giré mi cabeza y alrededor observé que muchos danzaban también al mismo ritmo, era Joropo. Música, principalmente, de los llanos venezolanos, y que una noche de 19 de marzo, inundó la Sala Barco de la capital española. De un piano de cola provenían esas ondas que hacían mover los cuerpos hacia izquierda y derecha "un pasito pa'lante, un pasito pa'lante ..." La responsable de provocar esa magia a través de las teclas era Prisca Dávila. Una venezolana que desde el 2003 ha creado 4 producciones discográficas cargadas de hechizos sonoros, y que en vivo sientes con mayor fuerza. Su "poción" ha consistido en mezclar la música tradicional venezolana con el jazz, la clásica, y recientemente, suministrándole aderezos flamencos. Prisca cautivó a los presentes en ca