Piratas por siempre
En "Buenezuela" "Préstame tu casete, te lo juro que mañana te lo devuelvo" . Eran los ochenta, estaba en el colegio y pedía, prometía e incluso rogaba por cualquier valioso tesoro musical en manos de algún compañero. Por suerte en aquella época no tuve que suplicar mucho, pues nos juntamos un grupo de amigos melómanos con las mismas inquietudes. Nuestra red de captación de material hacía más fácil el trabajo y saciar nuestras "necesidades" sonoras. No importa quién consiguiera el casete ó vinilo, como papa (patata) caliente, rodaba rápidamente por nuestras manos. El botín tenía más gracia si nunca había sido publicado por el mercado oficial, es decir, por las compañías discográficas. Era la sensación de tener algo especial, de formar parte de un grupo selecto sin querer presumir de eso. Las cintas eran el formato ideal para la consecución de nuestros objetivos "piratas". Nuestro clan disfrutó del fenómeno de distribución musical que sig