LETRASTEREO

Subidón al bajón otoñal Lluvia, frío, menos horas de sol, caen las hojas y a veces el ánimo. Es el otoño.  Para un caribeño a veces es un duro reto asumir que tienes por delante muchos días de frío hasta que los rayos del sol vuelvan a calentar las humanidades en la primavera. Pero para  casi todo siempre hay un remedio, y en el caso de este caribeño que les escribe, la vibraciones de un viejo Cha Cha Chá han resultado una buena pócima anti-bajón otoñal.  El descubrimiento del remedio  llegó un día lluvioso en Madrid cuando conducía y por casualidad me topé con la sintonía del programa radial  Melodías Pizarras (muy recomendable)  de Radio 3 de España. Este espacio lo dirigen unos señores llamados Pizarro y en el cual desempolvan grabaciones antiguas que no superan por lo general la década de los cincuenta. En esta oportunidad los hermanos Pizarro dieron con la receta perfecta para el bajón otoñal al colocar una famosa versión del tema de Rosendo Ruiz Quevedo. (Ver y escucha

El piso se mueve Era octubre de 1991, llevaba el pelo con ganas de llegar al suelo, usaba bermudas y camisas a cuadros. En mi cuarto brillaba una impresionante batería Tama negra, recién regalada por unos padres generosos, y principalmente, pacientes después de soportar por meses las súplicas de un obsesivo adolescente que entraba en el último año del colegio. Mi rutina era básicamente, del colegio a la batería, de la batería al colegio. Esa pasión hacia el instrumento aumentó drásticamente cuando un día cualquiera de ese mes  descubrí  en la señal "robada" de MTV USA (canal de música)  a unas bandas de rock que hacían canciones llenas de energía que aumentaban de intensidad progresivamente hasta llegar al "orgasmo" musical  en el último acorde.  Los tipos que tocaban esa música llevaban el pelo con ganas de llegar al suelo, usaban bermudas y camisas a cuadros. Eran como yo. Era mi música. Era el Grunge . Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden, entre otros, er